Análisis y reflexión01/12/2021

Las necesidades cambian

Durante el siglo XX se vivió una guerra civil y una posguerra muy dura para un gran número de familias. Escaseaban los alimentos y es aquí donde aparecieron muchas instituciones a ayudar a las personas, a cubrir el hambre del territorio con un trabajo muy bien hecho. 

Muchas de estas personas no tuvieron la suerte de poder estudiar y formarse, lo que provocó una pobreza académica bastante grande, pero se encontraron en una decadencia tan grande que iban surgiendo los trabajos e iban sobreviviendo. 

La necesidad urgente a cubrir era el alimento, pero han pasado muchos años de esta situación y con el tiempo, las necesidades han cambiado, por suerte ahora los alimentos no son una necesidad prioritaria en este territorio. 

Ahora es necesario llegar a fin de mes, poder pagar el alquiler, la luz, el agua… Así como la necesidad de tener un techo. Todo esto provoca una situación de pobreza, pero no económica, sino también emocional. La mochila que traen los padres y madres de las familias es gigantesca y esto lleva lugar a muchas depresiones, muchas situaciones de ansiedad grave; lo que comporta que no estés en las más óptimas condiciones de trabajar, que no tengas tantos ingresos, o incluso que no tengas ninguno. 

¿El pez que se muerde la cola? 

Vivimos en una sociedad en la que nos encontramos miles de pisos vacíos y las administraciones deben actuar con políticas de vivienda más decididas. Crear una bolsa de vivienda con estos pisos podría cubrir el primer peldaño de las necesidades de Maslow. Que una persona sepa que tiene un techo y que no tenga que preocuparse de dónde dormirá esta noche le da la posibilidad de centrar sus esfuerzos en conseguir un trabajo. Generar una bolsa de vivienda de alquiler social para que los jóvenes puedan llegar a fin de mes, sin que el 75% de su salario vaya destinado al alquiler, y así podríamos continuar con infinidad de situaciones. 

Vivimos en una sociedad muy volátil, donde detectamos muchas necesidades psicológicas y cubrir las necesidades emocionales es fundamental para tener una población sana y motivada. Se necesitan más espacios donde poder expresarse, más profesionales para atender todos los reveses que recibe esta sociedad.

Vivimos en una sociedad en la que la gente quiere trabajar, no a cualquier precio, y es lo que pide, trabajar dignamente, con un salario que no sea tan precario, con unos horarios adecuados y facilitando la contratación a las empresas.

¿Dónde encontramos una bolsa de trabajo efectiva?

Con estas palabras, mi reflexión es, la sociedad, las personas, han cambiado, no estamos en el S.XX, hemos cambiado de siglo, y por tanto las necesidades han cambiado. Debemos empezar a centrarnos en atender las realidades y en este punto todavía queda mucho trabajo por hacer a nivel institucional, que son otras las duras realidades de las familias.