Noticia02/02/2022

Casi el 30% de la población catalana vive en la exclusión social

Informe EINSFOESSA: Exclusión y desarrollo social en Cataluña 2021.

 

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EINSFOESSA Exclusión y desarrollo social en Cataluña 2021 es la primera radiografía completa del impacto de la crisis de la COVID-19 en Cataluña, y muestra un deterioro sin precedentes de la exclusión social.

 

 

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258.000 personas en Cataluña (30% de la población) se encuentran en exclusión social, un millón más que hace tres años (en 2019, la exclusión en Cataluña se situaba en el 16,9%)

 

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El presidente de Cáritas Cataluña, Francesc Roig, reclama medidas urgentes para revertir la situación, y constata que no se avanza al ritmo que requieren las personas que viven cada día en la pobreza.

El miércoles, 2 de febrero, en la Casa Abacial del Monasterio de Sant Cugat ha tenido lugar la presentación en rueda de prensa del informe EINSFOESSA Exclusión y desarrollo social en Cataluña 2021.

Al inicio del acto, Mons. Salvador Cristau, presidente de Cáritas Diocesana de Terrassa y representante de la Conferencia Episcopal Tarraconense ha sido el encargado de dar la bienvenida a los asistentes. Cristau ha recordado que ya veníamos de una grave crisis económica con graves consecuencias sociales para el conjunto de la población. “La pandemia de la COVID-19 ha empeorado esta situación y lo ha hecho de una manera desigual, porque nuevamente las personas en situación de mayor vulnerabilidad han sido las más perjudicadas”.

Para el prelado, la pandemia y la crisis social asociada han tensado y erosionado la cohesión social, afectando gravemente las redes de apoyo familiar, que están al límite de su capacidad de ayuda. Así mismo, ha remarcado que ante crisis tan sobrecogedoras como esta, la Iglesia católica catalana, a través de entidades de acción social como Cáritas, se pone al servicio de los más pobres, para actuar allá donde más se nos necesite.

 

El desastre del Titanic

A continuación, Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española y secretario técnico de la Fundación FOESSA ha comparado la situación de crisis actual con el desastre del Titánico. “Cómo en el Titánico, la sociedad viaja en el mismo barco, pero cuando se producen accidentes, no todos sufrimos las mismas consecuencias. De nuevo, las personas más vulnerables se llevan la peor parte”, ha indicado.

Profundizando en los factores más destacados de esta crisis, Raúl Flores ha hecho énfasis al exponer que se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo, en el marco de un mercado laboral inestable e inseguro, con grandes dificultades para acceder a un lugar de trabajo.

Durante la crisis, en España la precariedad se ha duplicado, y llega a casi dos millones de hogares que dependen de una persona que sufre inestabilidad laboral grave.

Con todo y el aumento de la protección social, no se ha llegado a compensar esta situación y un tercio de estos hogares (600.000 familias) no dispone de ningún ingreso que les permita una mínima estabilidad.

La exclusión social en los hogares encabezados por mujeres ha pasado del 18% el 2018 al 26% en 2021, un incremento que multiplica por 2,5 lo registrado durante el mismo periodo en el caso de los hombres (que pasaron del 15% al 18%)” ha remarcado Flores.

También se constata que las diferencias territoriales de la exclusión social en España son importantes, y que Cataluña encabeza el porcentaje más grande de exclusión de todo el Estado: la exclusión social en Cataluña supera la media del 23% del Estado, llegando al 29%.

Pobreza, paro y vivienda precaria, atributos de las personas en situación de exclusión social en Cataluña.

Miriam Feu, coordinadora del Grupo de Trabajo de Análisis Social de Cáritas Cataluña ha profundizado en los datos de la crisis en Cataluña, destacando que la exclusión social ha tenido un aumento sin precedentes, con 2.258.000 personas, un millón más que hace solo tres años.

En cuanto a la exclusión más severa, ya afecta 1,2 millones de personas en Cataluña, el 15% de la población, unos niveles nunca vistos, según destaca Feudo. El aumento de la precariedad laboral ha sido uno de los principales motores de la exclusión, con 396.000 hogares en inestabilidad laboral grave, así como las situaciones de desocupación, con 248.000 hogares con todos los miembros inscritos al paro. “Mientras se continúen expulsando las personas del mercado laboral, con excesiva temporalidad, parcialidad involuntaria e inestabilidad, no será posible revertir los niveles de exclusión que tenemos actualmente”-ha afirmado Feudo–. “Y todavía menos cuando vemos que las políticas de protección son insuficientes”. Las políticas de rentas mínimas, como la IMV desplegado en plena pandemia, o la RGC, vigente desde el 2017, no llegan a todas las personas que las necesitan: solo el 13% de las personas en pobreza severa reciben la IMV, y solo el 28% la RGC. “Se tiene que ampliar la cobertura de estas prestaciones de manera urgente, porque la pobreza severa y la desigualdad han aumentado más en tres años que durante toda la gran recesión”.

Otro motor de exclusión continúa siendo la vivienda: 915.000 personas viven en vivienda insegura, triplicándose con la pandemia. “Las personas que se encuentran en esta situación se ven obligadas a vivir temporalmente con familiares o amigos, vivir en un piso ocupado o en una habitación realquilada. 

Hace falta una política de vivienda decidida y coordinada entre todas las administraciones para hacer frente a esta crisis habitacional que vivimos en Cataluña”-ha afirmado-.

Otro elemento que destaca el informe es que entre el 2018 y el 2021 ha aumentado el porcentaje de hogares y de personas afectadas por problemas de exclusión social en el ámbito de la salud.

Los principales problemas detectados son la carencia de acceso a los medicamentos, la afectación de una enfermedad crónica, una discapacidad o problemas graves que afectan las persones adultas del hogar, y las dificultades en el acceso a la alimentación (el 3% de los hogares catalanes, actualmente o durante los diez últimos años, han pasado hambre).

En este contexto de confinamientos domiciliarios y ausencia de movilidad, tanto laboral como relacional, el entorno digital se ha convertido en un aliado clave. A pesar de que observamos un incremento de los hogares que tienen ordenador y acceso a Internet, el 32% del conjunto de los hogares en Cataluña sufren la denominada brecha digital. Esta situación, en una sociedad con niveles de digitalización como el actual, convierte la brecha digital en un motor de exclusión, que reduce o limita de manera grave las oportunidades de participación social, de integración al mercado laboral o de solicitud de prestaciones sociales.

Finalmente, Francesc Roig, presidente de Cáritas Cataluña, ha manifestado que “pasan los años y en Cáritas nos cansamos de presentar una y otra vez nuestras propuestas para enderezar esta situación, y aun así no se avanza al ritmo que requieren las personas que viven cada día en la pobreza.”

Foto: Cáritas Cataluña.

Para el presidente de Cáritas Cataluña, “las soluciones están: la creación de un verdadero parque de vivienda pública de alquiler; la armonización entre el ingreso mínimo vital (IMV) estatal y la renta garantizada de ciudadanía (RGC), así como la extensión a más colectivos que lo necesitan; un plan de formación ocupacional orientado a las necesidades actuales y futuras del mercado laboral; un sistema fiscal que redistribuya más justamente la riqueza; un plan de choque contra el paro de los jóvenes; verdaderas políticas de apoyo a las familias…”

Como reflexión final, Francesc Roig ha manifestado que, “estas dos crisis nos tienen que animar a repensar el modelo social y relacional, el modelo económico y de redistribución de la riqueza; así como los valores sobre los cuales podemos asentar la convivencia, con el objetivo último de evitar una desigualdad cronificada de las situaciones de pobreza y la exclusión social, con la mirada puesta en la transformación social para conseguir una sociedad más justa.